Las plantas suculentas, incluidas muchas variedades de sedum, generalmente toleran tanto el sol como la sombra, aunque suelen preferir la luz solar. Están acostumbradas a condiciones secas y soleadas, y están bien adaptadas para almacenar agua en sus hojas. Por eso son ideales para tejados verdes y jardines con disponibilidad limitada de agua.
En zonas sombrías también pueden crecer, pero suelen rendir menos que a pleno sol: pueden crecer más lentamente, florecer menos y formar una cobertura vegetal menos densa.